Condiciones de un Administrador de Emergencias y Desastres
La “Administración para Desastres”, es el componente del sistema social de un país, que se define como el planeamiento, la organización, la dirección y el control, de las operaciones relacionadas con la gestión de los servicios y recursos orientados a la preparación y respuesta en situaciones de emergencias y desastres, en todas sus fases, antes, durante y posteriores al evento adverso, sea este, causado por efectos de la naturaleza o de origen antropico.
La Administración para Desastres, debe ser una prioridad en los planes y objetivos de todos los gobiernos, apoyando los estudios en relación con el hábitat y los eventos de la naturaleza, que realizan, científicos, profesionales y expertos, sobre este tema y sus derivaciones, ante el desafío del cambio climático y otros factores de agresión a nivel mundial, que ponen en peligro la mayor parte
de la actividad humana y su supervivencia, por lo que se requiere, disponer de sistemas adecuados y eficientes, para la “Preparación y Respuesta”, organizado en todos los niveles de gobierno, los que también deben incorporar las capacidades de la actividad privada.
Actualmente, se carece de un perfil especifico y profesional, para las personas encargadas de organizar las operaciones de respuesta ante eventos adversos, generalmente se designa en cargos de dirección a quienes tienen alguna experiencia en atención de emergencias.
La actividad del administrador de servicios de preparación y respuesta, debe ser considerada una disciplina profesional, con conocimientos acordes a las múltiples actividades y actores, que participan en las operaciones destinadas a la preparación, prevención, mitigación, respuesta, rehabilitación y reconstrucción, además de las tareas de carácter administrativo, como recursos humanos, económicos y materiales, servicios de abastecimiento, logística, comunicaciones, etc. por lo que debe estar capacitado para ejercer el comando y control de múltiples actividades, que deben actuar en forma cooperativa y coordinada, dentro del ciclo de los eventos adversos y la gestión de crisis para continuidad de las operaciones sociales y productivas.